Cuando finalmente el editor ha decidido publicar un manuscrito se prepara para la siguiente fase del proceso editorial: la corrección de éste y la preparación para la imprenta. La función del corrector es la de ayudar al autor a presentar las ideas escritas de manera nítida, ordenada y eficaz. Además, debe presentar el trabajo limpio, corregido con precisión y marcar las intrucciones para el tipógrafo. El corrector es el empleado familiarizado con todos los detalles de producción de libros, maneja relaciones con el autor o traductor, el diseñador, el dibujante y el tipógrafo.
Los aspectos que un corrector debe cuidar, se pueden agrupar en siete categorías: legibilidad, unificación, gramática, claridad y estilo, veracidad de la información, propiedad y legalidad, y detalles de la producción.
LEGIBILIDAD
Cada palabra del escrito debe ser clara y legible, para que el tipógrafo pueda leer rapida y facilmente. Si el manuscrito está en pesimas condiciones para corregirlo, el corrector debe regresarlo al autor y pedirle que lo entrege en mejor forma, esto redunda en beneficio del propio autor. Es indispensable que el corrector conozca y utilizé la simbología de corrección predominante en las editoriales de su país. La reponsabilidad del corrector de estilo consiste en dejar un manuscrito tan claro que el tipógrafo sin detenerse a pensar sepa que es lo que va a tipografiar.
UNIFICACIÓN
Es fundamental dotar al texto de uniformidad en cuanto a la ortografía, puntuación y otros aspectos, la falta de ésta puede resultar molesta para el lector y su efecto en el tipógrafo aumentará los costos en dicha área. En algunos casos, las editoriales hacen de conocimiento público que el estilo de la casa está basado en cierto diccionario de estilística. Los casos más frecuentes de falta de uniformidad son: ortografía, trassliteración, puntuación, abreviaturas, formas alternativas, unificación en material auxiliar, entre otros.
GRAMÁTICA
Es díficil establecer que es correcto o incorrecto en un idioma. La única regla generalmente aceptada es seguir los lineamientos gramaticales establecidos por el buen gusto y la preparación. Todo esto lo debe lograr el corrector sin alterar el estilo o las ideas fundamentales que el autor desea expresar.
CLARIDAD Y ESTILO
Resulta aún más complicado cuando se quieren a dar las ideas que el autor no comunica con precisión. En los libros de difusión es en donde los correctores gozan de mayor libertad para aproporcionar ayuda al autor, sin embargo, debe ser diplomatico y ganarse su confianza. El corrector debe tener la convicción de que su único propósito es el de ayudar al autor a más precisa expresión de sus ideas.
VERACIDAD DE LA INFORMACIÓN
El buen nivel de conocimiento sobre diversos temas, puede detectae errores al dar lectura al manuscrito, un buen corrector debe desarrollar una especie de sexto sentido, que lo induce a corroborar afirmaciones que le parecen sospechosas.
PROPIEDAD Y LEGALIDAD
El corrector también tiene la responsabilidad ante el editor de observar en detalle cualquier cosa del manuscrito que pueda violar el marco legal o esté en contra de la política editorial de la empresa, la decencia y la propiedad. Un aspecto fundamental es cuidar que el autor no viole los derechos de propiedad literaria de otros autores.
DETALLES DE PRODUCCIÓN
En este renglón, debe cerciorarse de que el manuscrito esté completo; incluyendo portada, tabla de contenido, prefacio, pies de página, ilustraciones, mapas, títulos de capítulos, bibliografía, glosario e indice. El corrector es el que funge como intermediario entre autor y editor ante otros operarios. Una de sus labores más importantes es la indicación al tipógrafo del tamaño y tipo de la letra, la longitud de la línea, el interlíneado, etc..., siempre y cuando no exista un diseñador a cargo.
HERRAMIENTAS DEL CORRECTOR
Requiere una sólida preparación general, curiosidad intelectual, pasión por la lectura de temas variados y gran sensibilidad a los idiomas. En el plano físico, debe contar con libros de consulta, guias generales del estilo y manuales especializados.
EL RETO
El corrector realiza uno de los trabajos más exigentes del proceso editorial, el cuidado de una edición requiere inteligencia, conocimiento y diplomacia, sin embargo, tienen la satisfacción de saber que influyen en todas las facetas del proceso y su labor es crucial. El corrector es la última persona que interviene en el manuscrito antes de que otras personas le den su presentación física definitiva.
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